Carpaccio templado de calabacín con mozzarella fresca, almendras tostadas y aceite de albahaca
Ligero, elegante y lleno de matices, este carpaccio templado de calabacín es una entrada fresca y contemporánea que destaca por el equilibrio de sabores y texturas.
Las finas láminas de calabacín, apenas salteadas para conservar su frescura y color, se combinan con la suavidad de la mozzarella fresca de bufala, el crujiente de las almendras tostadas y el sabor del aceite de albahaca.
¿Os acordáis del aceite de albahaca que preparé por el verano para el carpaccio de melón con jamón? Pues como lo tenía guardado, lo utilicé para esta receta.
Un entrante estupendo o plato ligero y sofisticado para compartir.
Ingredientes:
Calabacín firme y sin semillas grandes
Mozzarella fresca de Bufala
Bastones de almendra
Aceite de albahaca
Aceite de oliva
Sal
Pimienta negra
Lavamos y secamos el calabacín. Lo cortamos en rodajas un poco finas.
En una sartén antiadherente, calentamos un poco de aceite de oliva a fuego medio-alto. Salteamos el calabacín durante unos segundos por cada lado. Reservamos sobre papel absorbente.
En una sartén, sin aceite, tostamos los bastones de almendra a fuego medio hasta que estén dorados. Retiramos del fuego y reservamos.
En un plato llano grande o fuente, disponemos las rodajas de calabacín. Rompemos encima la mozzarella para que se extienda por todo el plato.
Aliñamos con el aceite de albahaca, un poco de sal en escamas y pimienta negra.
Esparcimos por encima los bastones de almendra.
Servimos inmediatamente, a temperatura templada, como entrante ligero.




Comentarios
Publicar un comentario