Macarrones con crema de alcachofa, cheddar reserva, avellanas tostadas y toque de trufa
En este plato, el queso cheddar reserva es el auténtico eje del sabor: su carácter maduro, profundo y ligeramente salino envuelve la pasta y se funde con la suavidad vegetal de la alcachofa, creando una salsa rica, sedosa y con una identidad muy marcada.
La intensidad láctea del cheddar realza los matices terrosos de la crema y aporta un cuerpo cremoso que solo un queso con una curación prolongada puede ofrecer.
Para rematar, unas avellanas tostadas en freidora de aire aportan un contraste crujiente, aromático y ligeramente dulce que armoniza de forma natural con el queso, mientras que el aceite de trufa añade un perfume elegante sin opacar la contundencia del cheddar.
El resultado es un plato equilibrado y profundamente quesero. Un plato de pasta de aroma profundo y estructura rica: la crema de alcachofa se mezcla con cheddar gran reserva para lograr una base densa y láctea
Ingredientes:
200 gr de macarrones
250 gr de corazones de alcachofa cocidos.
100 gr de cheddar reserva rallado (80 gr para la salsa + 20 gr para terminar)
1 diente de ajo pequeño
3 cucharadas de nata líquida o leche evaporada
2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
40 gr de avellanas crudas
Aceite de trufa
Sal y pimienta negra
Comenzamos cociendo los macarrones en agua con sal, según las instrucciones del fabricante.
Mientras tanto vamos tostando las avellanas, para ello precalentamos la freidora de aire a 170 °C. Colocamos las avellanas en la cesta, sin aceite y las tostamos 6–8 minutos, moviendo la cesta una vez a mitad de tiempo.
Cuando estén, las frotamos con un paño para retirar parte de la piel. Las ponemos en el mortero y las machacamos ligeramente. Reservamos.
Sofreímos el ajo con un poco de aceite. Lo ponemos en el vaso de la batidora junto con las alcachofas, la nata, un poco de sal y de pimienta. Trituramos y calentamos.
Añadimos los 80 gr de cheddar y mezclamos hasta integrarlo, sin triturar demasiado para mantener el cuerpo (Si la crema queda muy espesa, ajusta con un chorrito de agua.)
Escurrimos los macarrones y los mezclamos con la crema de alcachofa caliente y ajustamos la textura con un poco de agua de la cocción, si es necesario.
Servimos los macarrones añadiendoles por encima el resto del cheddar para que se funda con el calor.
Espolvoreamos con las avellanas tostadas y terminamos con unas gotas de aceite de trufa y un hilo fino de aceite de oliva.
Añadimos una pizca de pimienta negra.



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