Caldo gallego
El caldo gallego es uno de los
platos más conocidos de la gastronomía gallega. Un plato de cuchara, ideal para
los días de otoño e invierno.
No tiene una receta única y es
que se metía a la cazuela lo que había por casa. Lo común a todas las recetas
son ciertos ingredientes que se usan en mayor o menor medida. Unos cachelos, un
toque de unto, verdura y un trozo de carne o codillo.
Ingredientes:
½ repollo rizado
4 patatas
Codillo de jamón
Unto
2 dientes de ajo
2 cucharaditas de pimentón
Caldo de pollo
Sal gorda
Pelamos las patatas, las lavamos
y las chascamos (consiste en tirar de las patatas a medio corte para partirlas
en lugar de seguir cortando con el cuchillo). Los trozos no pueden ser
demasiados pequeños. Los echamos a olla a presión.
Incorporamos el codillo de jamón.
Lavamos y troceamos la verdura y
la incorporamos a la olla.
Echamos el caldo de pollo hasta
que llegue casi a la altura de la verdura.
Lo ponemos al fuego con la olla
destapada.
Mientras tanto en el mortero
machacamos los dos dientes de ajo pelados con un trozo de unto generoso y un
poco de sal gorda. Le incorporamos el pimentón y una vez que empieza a hervir
el caldo en la olla, cogemos un poco y lo echamos en el mortero junto con la
pasta que hemos formado para que ésta se vaya deshaciendo. Lo incorporamos a la
olla, cerramos y lo cocinamos durante 20 minutos.
Transcurrido el tiempo, y una vez
que podamos abrir la olla a presión, comprobamos el punto de sal (si está un
poco soso podemos incorporar una pastilla de caldo de pollo) y lo dejamos
hervir destapado a fuego medio-bajo durante 10 minutos para que así se vaya el
sabor de cerrado.
NOTA:
Este caldo mejora de un día para
otro. Cada día está mejor que el anterior, por eso que os aconsejo hacerlo por
lo menos el día anterior porque así se juntan mucho mejor los sabores.
Se le puede poner oreja, rabo,
lacón.
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